El periodismo, oficio ilegítimo

La política del Estado correísta frente al periodismo y los medios de comunicación fue definida tempranamente por Fernando Alvarado como la política de la podadora. Según su visión, el periodismo es como un campo de hierba que crece incontroladamente y sin concierto, y el Estado es como el jardinero que poda a diario para mantener el terreno igualado y al ras. Se supone que el fin último de esta estrategia es mejorar el periodismo, pero a poco de cumplirse ocho años de su aplicación es difícil reconocer el menor indicio de que este objetivo se encuentre siquiera en proceso de cumplirse. El periodismo ecuatoriano no ha mejorado porque la política de la podadora implica un proceso de desprestigio y deslegitimación del oficio. Y no se puede mejorar un oficio a fuerza de declararlo ilegítimo. Sigue leyendo

Miseria de la semiótica

“El lenguaje de los compañeros comunistas se parece a una improbable y gigantesca maquinaria llena de engranajes, pistones y poleas, correas de transmisión, válvulas, resortes y palancas cuyo único objetivo es sacar un clavo de una pared”. Así solía discurrir Alexéi Páez, politólogo de izquierda e historiador del anarquismo ecuatoriano, en los tiempos en que se autodefinía como libertario sin que nadie se atreviera a acusarlo de neoliberal por ello. Hoy sus palabras se aplican con precisión matemática a uno de los más vistosos subproductos del lenguaje correísta en su vertiente seudoacadémica: la semiótica aplicada a la vigilancia y el control de los medios de comunicación. Sigue leyendo