El día en que mandaron a Correa solito en el Hummer

El presidente de la República ha adquirido la pontificia costumbre de referirse a sí mismo en primera persona del plural: “nos complace”. Un hábito que corresponde al papel que desempeña su propia persona (y por misterio equiparable a la transustanciación, su cuerpo serenísimo) en el tinglado de representaciones del poder que acompaña sus desplazamientos. No hay mejor propaganda del correísmo que Correa mismo, de ahí que su presencia física no pueda prescindir de las solemnidades que lo distinguen del común de los mortales y de cuyo protocolario cumplimiento, como lo demostró en la última sabatina, se ocupa personalmente. Sigue leyendo