30-S: se desmorona el mito (al fin)

Cuando el presidente Rafael Correa se desplaza por la ciudad, lo hace en un vehículo todoterreno que avanza a toda madre por la vía exclusiva del trolebús o por calles que han sido previamente despejadas por los patrulleros en moto que le abren camino. Lleva ocho años en esas y ya no recuerda lo que significa quedarse retenido en un trancón. Retenido: impedido de salir o de moverse. Cuando esto haya terminado y no tenga más remedio que enfrentarse a la calle como cualquier mortal, conduciendo su propio carro en medio del tránsito, le volverá a pasar. Ojalá no vaya a acusar a nadie de secuestro. Sigue leyendo