Preguntas para Mónica Hernández

Cuando Hugo Chávez le preguntó si era feminista, Rafael Correa rió nerviosamente, dijo que sí como por obligación y soltó una profunda bocanada de aire que casi le quiebra el pescuezo: Youtube no miente. Entre su risa despótica de las sabatinas y su risa nerviosa de cuando alguien más grande que él le pide cuentas media un abismo que reclama la atención de los estudiosos del lenguaje corporal: no es lo mismo mentir cuando se manda que mentir cuando se es mandado. Pero ese es tema de otro artículo.

Por supuesto que Rafael Correa mintió a Chávez: él no tiene un pelo de feminista. Lo acaba de demostrar con la designación de Mónica Hernández como directora de la Estrategia Intersectorial de Planificación Familiar y Prevención del Embarazo en Adolescentes (Enipla). La nueva funcionaria ya venía asesorándolo en esos temas al menos desde octubre, cuando remitió a las autoridades de salud, en papel membretado de la Presidencia de la República, un memorándum para recordarles que el correísmo no comulga con el feminismo. El documento es importantísimo porque resume lo que serán de ahora en adelante las políticas públicas en materia de educación sexual, planificación familiar y prevención del embarazo entre adolescentes en un país donde casi la mitad de las madres primerizas lo son antes de cumplir los 19 años.

En el memorándum de octubre Mónica Hernández se revela como una antifeminista a ultranza. Lo que más la irrita es el concepto de “construcción social de la sexualidad”, que ella atribuye únicamente a la ideología de género propia del feminismo radical. Semejante reduccionismo se explica porque ella, lo mismo que los sabios semiólogos de la Cordicom, no redacta auténticos análisis sino que traza una cuadrícula y llena los campos. Es una intelectual del Power Point. Ella piensa (en los estrechos confines que para el pensamiento articulado deja la cuadrícula) que la identidad sexual viene determinada por el nacimiento y sanseacabó. “Está comprobado que en países donde no hay esta influencia contra natura –dice refiriéndose a la ideología de género– no se dan diferencias entre sexo y género”. ¿Qué cosa? ¿Está diciendo que hay felices naciones en la tierra donde el feminismo no ha extendido sus abyectos tentáculos y, por consiguiente, no hay homosexuales? ¿Es eso? ¿Y dice que está comprobado? La cuadrícula es muy pequeñita como para que Mónica Hernández alcance a exponer esas pruebas o a enumerar esos países. ¿No será el Estado del Vaticano uno de ellos? Pues debiera saber que ahí se cuecen más aberraciones que en Babilonia sin necesidad de la “influencia contra natura” de la ideología de género. ¿Rusia? ¿Irán? ¿En serio cree esta señora que hay países sin homosexuales? ¿De verdad?

¿Qué cosa le dirá Mónica Hernández a un joven de 15 años que nació con el pene y los testículos en su lugar pero se siente irresistiblemente atraído por sus amiguitos? ¿Que se aguante y se reprima? ¿Cree que de esa forma logrará extinguir sus inclinaciones? ¿Qué alternativas propone para ese joven? ¿Que se esconda? ¿Que se abstenga? ¿Que se masturbe? ¿Que se bañe en agua helada? ¿Por qué el amor que ese chico profesa por su amigo no es el amor verdadero del que ella habla? ¿Acaso porque no tiene posibilidades reproductivas? Entonces ¿el amor también está determinado por la naturaleza? ¿No existe una construcción social del amor? ¿Qué hacemos ahora con veinte siglos de poesía? ¿Y el erotismo? ¿Qué piensa Mónica Hernández del erotismo? Los animales follan para reproducirse, así como comen para nutrirse; los seres humanos, en cambio, follamos y comemos porque nos gusta, por eso inventamos el erotismo y la gastronomía. ¿Qué piensa Mónica Hernández de la gastronomía?

“Un rol del Estado es formar a los padres y a las madres en buenos valores y principios”, dice una de las cuadrículas. ¿Cuáles son los “buenos valores y principios”? ¿Los suyos, Mónica Hernández? ¿Y cómo los piensa transmitir? ¿Con clases de religión? ¿Y de qué padres y de qué madres habla? ¿De los que se fueron a España dejando a los guaguas con los abuelitos? ¿De las niñas que ya parieron a los 13 años porque han sido sistemáticamente violadas desde los 11 por un cerdo despreciable de apellido Glas o cualquier otro? ¿A esas madres hay que formarlas con buenos valores y principios o a las madres de esas madres? ¿Al señor Glas, padre de la nueva criatura, hay que formarlo con los buenos valores y principios de Mónica Hernández? Y cuando dice que el Estado debe delegar a la familia buena parte de la educación sexual de los adolescentes, ¿en qué familia está pensando? ¿En la suya, Mónica Hernández? ¿En la de Rafael Correa? ¿En la de Glas? ¿Ya vio las estadísticas de violencia sexual contra menores de edad en el país? ¿Se fijó que la mayoría de los abusadores son miembros de la propia familia? ¿A esa familia piensa confiar la educación sexual de los adolescentes? ¿La niña de 12 años recibiendo explicaciones de cómo se hacen los hijos a cargo del padrastro que la viola? ¿Es eso? ¿En qué país vive Mónica Hernández?

En otro lugar la nueva funcionaria habla del “hedonismo que supone el ambiguo derecho al placer”. ¿Está diciendo que el Estado laico va a iniciar una campaña contra el hedonismo? ¿Le parecería bien montar otra contra el cinismo? ¿Y contra el estoicismo? ¿Hacemos una campaña contra el estoicismo o ese sí le gusta a Mónica Hernández? ¿Y qué tiene de ambiguo el derecho al placer? ¿Es un derecho a medias? ¿Es un pecado, como decía Tomás de Aquino en el siglo XIII, y por eso no es derecho? ¿Qué tiene contra el placer Mónica Hernández? ¿Qué siente cuando folla? ¿Se lo desea a otros?

Todas estas preguntas son transferibles a Rafael Correa, que tiene la suficiente jeta para hablar de restauración conservadora al mismo tiempo que nombra a una funcionaria como Mónica Hernández para encargarse de las políticas públicas sobre sexualidad.

Mangoneado, pisado el poncho, en el reverso de su personalidad dominante, Rafael Correa mintió a Hugo Chávez: sí, soy feminista. Años después, el Ecuador se sorprendió con el contenido de un famoso memorándum cuya autenticidad nunca fue desmentida, en el que el secretario de la Presidencia, Alexis Mera, a propósito de recordar al Presidente los puntos problemáticos del nuevo Código Penal, entre ellos el aborto, se refiere a las parlamentarias feministas de su propio movimiento político como “las mal culeadas”. Lo hace con la brutal naturalidad de quien suelta un chiste privado que no requiere explicaciones. Más claro: el remitente no tiene que especificar al receptor a quiénes se refiere, seguramente porque no es la primera vez que entre ellos se habla en esos términos. Pues bien: las políticas del Estado correísta sobre la sexualidad son una moneda de dos caras. En una cara se encuentra Alexis Mera con su chabacanería grotesca de las “mal culeadas”; en la otra, la más fea, la más peligrosa, está Mónica Hernández.

8 comentarios en “Preguntas para Mónica Hernández

  1. Al pensamiento feminista lo deforman, en primer lugar, quienes en Latinoamérica solo responden a su acendrado dogmatismo cristiano (alto porcentaje), en segundo lugar, los que tienen aberraciones en su personalidad y, tercero, los “vivos” y “sabidos” de toda calaña que buscan “pescar a río revuelto” con la confusión, grupo en el que aparecen como “cachiporreros” no pocos políticos demagogos.
    Si al machismo por lógica se le antepone el feminismo, al tener la oportunidad que un lógico y racional feminismo gobernara el mundo – este sería más justo – entonces ¿Por qué tanta confusión? Simple y sencillamente por los intereses perversos y los fanatismos absurdos que se entremezclan y lo más grave que se imponen.
    Si los intereses imperiales no se interpusieran, cada conglomerado social desarrollaría estilos espontáneos y naturales de vida; hecho que nos llevaría a tener una infinidad de modelos para escoger y orientar nuestra forma de vida, donde, en vez de direccionarnos únicamente hacia feminismos, sustentaríamos los análisis en la integridad familiar.

    Me gusta

  2. El feminismo es la ideología dominante en la sociedad ecuatoriana. El objetivo del feminismo consiste en la destrucción de la familia tradicional formadas por padre y madre, los cuales son el núcleo de una sociedad civilizada.

    Al promover que las fuentes de empleo sean distribuídas en partes iguales entre hombres y mujeres, el feminismo pone en competencia a las mujeres contra los hombres, y además, ridiculiza a las mujeres que tienen un deseo de ser amas de casa en una familia tradicional. Estas influencias culturales del feminismo han hecho que las mujeres busquen una carrera profesional, y algunas llegan a soberbiamente decir: «no necesito de un hombre». Sin embargo, con el paso del tiempo, su reloj biológico instintivamente les dice que se acerca el tiempo en que no podrán reproducirse por vías naturales. Es en ése momento que éstas mujeres están abiertas al concepto tradicional del matrimonio. Pero, para cuando ese momento llega, ya no tienen el mismo atractivo que tenían antes de haber obedecido el dogma feminista que usted promueve.

    El feminismo promueve el libertinaje sexual. No es coincidencia que la mitad de las madres primerizas lo son antes de cumplir los 19 años, que la tasa de matrimonios haya disminuído y la tasa de divorcios haya colapsado. Entre la propaganda feminista tenemos «la marcha de las putas». Intuitivamente, pocos padres estarán orgullosos de que sus hijas se hayan convertido en putas y, peor aún, que sean de las que no cobran. Además, pocos hombres estarían dispuestos a casarse con una mujer que orgullosamente se autodeclara «puta». Si a un hombre le das a escojer como esposa entre una mujer que no ha tenido relaciones y una que ha tenido relaciones con varios hombres distintos, seguramente escojerá la primera. Una de las razones de ésta elecciones es que una mujer que no ha tenido relaciones es más propensa a ser fiel que una que ha tenido varias.

    La mayoría de los divorcios son iniciados por mujeres. Esto se debe a los incentivos plasmados en las leyes feministas. Cuando una mujer inicia el divorcio, por ley el juez ecuatoriano le dá la tenencia de los hijos a la esposa. Una vez que le dá los hijos, procede a darle la casa del esposo, y parte del salario del esposo, a pesar de que la esposa tiene igual o más oportunidades de trabajo que el esposo, como lo corroboran los datos del INEC, los cuales indican que más de la mitad de los negocios de Quito y Guayaquil son de propiedad de mujeres.

    Gracias al feminismo, el adulterio ya no está mal visto. Por ésta razón, en las pruebas de paternidad tanto en Quito como en Guayaquil, el 40% de los exámenes de paternidad resulta negativo. Es decir, que el 40% de los niños a los que les hicieron éstas pruebas de paternidad no conocen a su verdadero padre porque sus madres decidieron cometer adulterio. En otras palabras, el 40% de éstos niños son bastardos. Las feministas deben de estar orgullosas de lo que han logrado y, tal vez, usted también. Por lo pronto, le recomiendo que lea el artículo que publicó el Expreso el 8 de Julio de 2012.

    El feminismo promueve el aborto bajo el lema de «mi cuerpo, mi decisión». Cuando la madre decide abortar a su bebé, ella ya no tiene que hacerse responsable de las consecuencias de su propia decisión. Sin embargo, cuando la madre decide tener al bebé, es el padre de ese bebé que tienen que hacerse responsable económicamente. Es decir, en ambos casos, ésta madre evita la responsabilidad económica de la manutención de éste bebé. Sin embargo, el bebé es sacrificado si la madre decide abortar a su bebé, aún cuando el padre decide hacerse cargo de su bebé!

    La estructura social civilizada en Ecuador está desmoronándose debido a la influencia cultural feminista. El feminismo es una ideología que promueve el odio de las mujeres hacia los hombres, al mismo tiempo que ridiculiza la familia tradicional. El feminismo no sólo está plasmado en las leyes del estado ecuatoriano, sino también se refleja en los programas de televisión, en los artículos de revistas, en los comerciales, entre otros. Esta ideología de destrucción social tienen un gran alcance, no sólo en la cultura sino también en las leyes. Al menos que haya un despertar en las mentes de los ecuatorianos de qué tan destructiva es la ideología feminista, las actividades que realice Mónica Hernández para desacelerar el declive social serán inconsecuentes.

    Me gusta

  3. Mas ignorante es el que escribe este articulo que piensa que para ser feminista hay que estar a favor del aborto, a favor de los anticonceptivos y a favor de la NO ENSEÑANZA DE VALORES…que pena de verdad que se tomen en tiempo de escribir un articulo tan destructivo para la integridad de las mujeres!

    Me gusta

  4. A que edad quieren enseñar sexo anal a los chicos? A que edad quieren enseñar la mafia de las clínicas abortivas y farmacéuticas? En Ecuador no saben leer ni escribir y ya tienen derecho a votar por un presidente y etc. Ignorantes promoviendo ignorancia! Eso es lo que son. Voten nomas por la muerte y el aborto, eso es a lo que su coherencia ha llegado!

    Le gusta a 1 persona

  5. No sabía que para ser feminista teníamos que estar a favor del aborto acá… Y bueno, viendo el tono del artículo ya doy por sentado que por mi primera frase me han de insultar de lo lindo. Si los buenos valores de la sra. Hernandez son arbitrarios, los de la corriente de pensamiento suya son los correctos? se los forzamos entonces a nuestros ciudadanos?

    Me gusta

Deja un comentario