Hacia la desconcentración de los concentrados

“La concentración económica de los medios –tuiteó Patricio Barriga desde la Cupre– es una forma de regulación”. Dada su condición de presidente del Consejo de Regulación de los medios, debe interpretarse que la concentración de la que habla es buena por naturaleza, lo cual justifica no sólo la pertenencia de Barriga al gobierno más concentrador de diarios, canales de televisión, estaciones de radio y agencias informativas de la historia ecuatoriana, sino su pasado como presentador de noticias en el más importante de los medios concentrados de los hermanos Isaías. Debieron regularlo de lo lindo, los Isaías. De ahí su vocación.

Otro que habló de concentración de medios en la primera jornada de la Cupre fue Fernando Alvarado, cabeza visible de los medios concentrados, quien inauguró el encuentro. Dijo que los movimientos sociales (movimientos, por ejemplo, como el FUT o la Ecuarunari, se puede suponer) son “sectores tradicionalmente marginados y estigmatizados por los medios concentrados”. Tan ciertas y sinceras fueron sus palabras que Ecuador TV, el canal estrella del conglomerado propagandístico que él administra, acababa de dar un ejemplo exacto de eso mismo.

La primera edición del noticiero de Ecuador TV se había transmitido desde la misma sede de la Cupre (ningún aparato de propaganda se gasta una fortuna en promocionar un evento para que luego sus empleados no asistan) y tuvo como tema principal la gran manifestación correísta del sábado en Guayaquil, donde el Presidente de la República presentó el proyecto de reformas al Código Laboral. En los diez minutos de despliegue que mereció esta noticia se cantaron todas las loas posibles al proyecto. Se dijo que las reformas “son parte de la reivindicación del trabajo”; que con ellas “se inicia una nueva historia de todos los ecuatorianos” y que el país celebró “los cambios y logros de los que ahora gozan los trabajadores desde que los ejecutó el actual régimen”. Por abundar, se concedió la palabra hasta a Freddy Ehlers. Una señora de la multitud expresó: “Este gobierno ha favorecido de tal manera que todos estamos agradecidos”. Pai taiticu.

Era como si las reformas laborales acabaran de ser concedidas directamente por la mano de Dios a un pueblo prosternado del que no podían levantarse sino reconocimientos y alabanzas a los cielos. Como si no hubiera en el país una sola voz crítica que se encontrara cuestionando ese proyecto. Como si los mayores sindicatos y organizaciones indígenas (“marginados y estigmatizados”) no estuvieran preparándose para marchar el miércoles en su contra. Como si las reformas laborales no produjeran el menor debate en la sociedad.

Bueno, para ser justos, Ecuador TV sí reconoció la existencia de un debate: “La presentación de las reformas –dijo la conductora del noticiero– generó inmediatamente un debate social. Diario El Telégrafo, por ejemplo, publicó un artículo con los antecedentes y los objetivos de esta normativa”. ¿Y qué artículo era ese? Uno que se publicó el domingo, escrito por el Presidente de la República, en el cual reproducía punto por punto el contenido de su discurso del sábado. No puede haber debate social más importante: Correa debatiendo con Correa. ¿Para qué más?

Son cosas de los medios concentrados. Y en esto, hay que reconocerlo, el aparato de propaganda ha actuado con una coherencia irreprochable. Menos mal existe la Cupre para desfacer estos desaguisados, y menos mal que Fernando Alvarado está sentado ahí en primera fila. Algo aprenderá. Al fin y al cabo, no tiene un zapato por cabeza.

Deja un comentario